Este es uno de los postres que más realicé en toda mi vida. Y dicho sea de paso es uno de mis favoritos. Cuando lo descubrí era muy jovencita y recuerdo que me servía una porción de la mezcla de tres leches y me la tomaba cual sopa con una cuchara. Sí, suena a exceso, pero para una enamorada de los lácteos como yo, es imposible no caer en la tentación.

Cuando por fin terminé de pulir la receta del bizcocho, me gustó tanto como quedó que la comencé a vender. Y de hecho era uno de los pocos postres que vendía cuando tenía mi pastelería, ya que me dedicaba más a las tortas decoradas.
Y como en Argentina no se conseguía leche evaporada, yo solía prepararla en casa. Es un proceso un poquito más largo pero definitivamente vale la pena la espera.
Para ir al grano, este es un postre constituido por una base de bizcocho de huevo, que se embebe con una mezcla de 3 leches en distintos formatos. Es un postre simple que puede ser decorado tanto con crema chantilly como con merengue, e incluso se lo puede disfrutar así solito.
Recomiendo altamente que prueben este clásico de la pastelería latinoamericana. Y si ya lo probaron, preparenlo con mi receta y después me cuentan.

Cómo hacer leche evaporada

Para hacer 400g de leche evaporada, colocar 800 ml de leche en una cacerola y llevar a fuego. Dejar hervir a mínimo, mezclando de vez en cuando, hasta que observemos que la leche se ha reducido a la mitad. Se puede ir midiendo volcando la leche en una taza medidora o con la ayuda de una balanza, hasta que lleguemos a los 400g/ ml.

Tips de la pastelera

Recomiendo hornear directamente en el plato en el que se va a servir para evitar los bordes desprolijos y el exceso de líquido que pudiera caer por los bordes. Si prefieres desmoldar el postre, es mejor hacerlo sobre un plato con bordes altos, para contener el exceso de líquido.
Se puede embeber el bizcochuelo con ayuda de un cucharón o con una jarra con pico vertedor. El único detalle a tener en cuenta es volcar el líquido de forma pareja por el centro y bordes del bizcochuelo.
Lo ideal es hornear y bañar el bizcochuelo el día anterior a servirlo para que termine de absorber los líquidos y para que los sabores se asienten. Se puede guardar envuelto en plástico y decorar en el día en que se va a servir.
Esta vez para decorar, usé unos copos de crema chantilly intercalados con copos de dulce de leche. Otra muy buena opción es decorar con merengue italiano. Cualquiera sea la elección, se puede hacer con manga pastelera o simplemente esparcir de manera rústica con espátula hasta crear un diseño bonito.

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